23 de noviembre de 2006






hoy es uno de esos dias en los que creo que soy capaz de tirarme del lugar más alto que encuentre, y soy capaz, pero estoy tan desganada que ni energías para subir tengo. y siempre me pareció que si alguna vez se me ocurría matarme sería volar, ninguna otra forma es digna, si es digno matarse... si lo es. así que me sobrevivo un día más, uno más me sobrevivo a mí misma con todas mis ganas de ser la que salta y la que empuja, me sobrevivo y corro el riesgo de que mañana no sea uno de estos días y entonces sonreír, querer volar pero sin muerte, sin lugar alto, altísimo que no hace falta... pero después, después estos días siempre vuelven y es lo mismo, un círculo perfecto, un ir y venir de días de muerte desganada y días de sonrisas sin vuelo.
vacía, toda, completamente vacía, que irónico, real.
correr bajo la lluvia quizás, romanticismo trillado, pero qué necesidad, qué necia necesidad de correr y de mojarme, del viento frío en la cara, doliendo.
voy a dejarme morir, eso hacemos cada día que vivimos sin matarnos.
voy a dejarme morir, mirando la lluvia en la ventana, porque ni fuezas para subir, ni fuerzas para correr... ni fuerzas para sonreír, ni fuerzas para saltar.
las gotitas golpean en las ventanas.
nada más que esta nostalia estúpida me une al exterior.
gris el vidrio, deforma el paisaje, yo. son mis ojos.
voy a quedarme acá toda la tarde.

:.

1 comentario:

Mery dijo...

Te entiendo tanto...
Es que hoy me siento parecido, y muchas veces me sentí igual. Demasiado cansada y desganada como para matarme de verdad. Pero sí capaz de dejarme morir, de a poco, derrochando los segundos, dejándolos correr, como quien deja una canilla abierta.

Hoy no soy de mucha ayuda, no puedo decirte por qué conviene vivir y aprovechar esos segundos en lugar de dejarlos correr, aunque creo que a veces dejarlos correr es el mejor modo de aprovecharlos. A veces es necesario enfrentarse con esas muertes cotidianas que no terminan de morir, no sé por qué, pero a veces es necesario. Creo tal vez que si no las enfrentamos y aceptamos, tal vez, algún día se acumulen todas juntas y, tal vez, ese día no estemos tan desganados y cansados. Creo que hasta es saludable un poco de muerte cotidiana, como una válvula de escape que evita que se levante presión y estalle todo algún día.

No tengo mucho más para decir, perdón por no saber decir algo más útil, y perdón por explayarme tanto.

(Nota: estuve firmando en posts viejos, desde julio!)