8 de febrero de 2008

hoy me vi sentada en el borde de una cama, tan ocupada como vacía, más bien vaciándose, primero lento, con palabras a penas respiradas, y luego de una sola vez, consumidas. y ahi estaba, ojos secos, manos inmutables, viendo.
me pregunto si es así como será. y si es así... a dónde va a ir a dormir esta distancia? y más aún me preocupa... con qué va a taparse? yo sé muy bien con qué voy a toparme, sé muy bien?
y si fuera así, y tan sol se desvaneciera, sin siquiera preguntar y se me humedecieran todas las palabras hasta ahogarse y quiera huír para no tener que hacerme cargo y sin embargo... estar ahí, viendo.
quisiera tener una certeza y para nada busco seguridades, porque ahi estaba, viendo, y hoy me vi y ahora no puedo dejar de interrogar el silencio, que no sabe o no dice más que yo... y por eso mismo es sabio, él, yo no.
habrá pequeños cositos flotando en la habitación y van a sentarse sobre su cuerpo y a mirarlo con sus caras, sus sorpresas, sus horrores y sus inocencias... van a mirarlo con sus caras de siempre y yo voy a estar ahi, viendo.
pido, cinco minutos, cinco tés, cinco mundos, pido. y no hay.
nunca aprendí a leer sus ojos de cachorro asustado, detras de la voz ronca, y siempre adelante la tos, nunca aprendí a leer ni un poquito, ni un diente de esa sonrisa que alguna vez ví, como ahora la estoy viendo y no sonríe, pero sí lo hace la piel.
me temo que...
me temo, y punto.
y sé que una tarde vamos a contar
a la luna
a las tos
a las tres

y aunque no quiera, voy a estar ahi, viendo.


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