24 de julio de 2006

no quiero

que manía esa de relacionar a las personas con cosas, momentos, canciones
qué trabajoso es resignificar todo eso cuando a uno ya le duele recordar.

no quiero acercarme más al suelo; no quiero que me acose el teléfono, porque suena o porque jamás lo hace; no quiero cartas ni dibujos; ni aquél fibrón celeste con el que te amenacé; no quiero buscar recetas nuevas en los libros de cocina ni "adiviná lo que estoy pensando"; no quiero discutir pavadas; no quiero mis manos ni vacías ni libres; no quiero fruncir el seño intencionalmente nunca más y no quiero más colecciones porque siempre me va a faltar una parte.
No quiero escuchar promesas.

y que deje de perturbarme el pensamiento de lo hermoso que pudo haber sido abril.

te dije que aunque no vinieras te ibas a quedar acá para siempre
te dije que aunque te fueras te ibas a quedar acá para siempre.

nunca te mentí.

:.

1 comentario:

Mery dijo...

y que deje de perturbarme el pensamiento de lo hermoso que pudo haber sido abril.

Cómo duele torturarse con esos pensamientos. Sé que es muy tarde, que hace mucho escribiste esto, pero es lo que siento yo hoy. Ese aguijón clavado tan en medio del alma, tan profundo.

Lamento no haber pasado antes por tu blog, pero de lo más viejo a lo más nuevo me voy poniendo al día...

Saludos.