18 de mayo de 2007

[...] repetición

se termina el día, otro… [...]
no me puedo dormir y sé que estás despierto [...] yo tengo el corazón apretujado, como dentro de un puño, como entre tus dedos [...]
entonces me planto y recorriendo cada página le reprocho a mario (benedetti) que no me ayuda a encontrar las palabras que estoy buscando… [...] él no se aflige, me mira de reojo como diciendo que eso que yo quiero explicar no se dice, que no hay forma de hacerlo hablar… creo que tiene razón… [...]

me quedo conmigo entonces, uso sus palabras como atril, mi cuaderno azul me muestra sus alas descansadas, extraña la suave caricia (suave pero que deja marca) de la tinta y sin embargo, sabe que no podrá ayudarme… que no puede darme lo que busco, pero sí al menos un refugio, y en una ráfaga de viejos momentos abre una nueva puerta y me deja entrar en su cuadriculado espacio donde puedo desvariar sin perturbaciones.
me siento, me acomodo… todo es tan grande afuera de mi. soy un punto pequeñito, con el infinito adentro, pero ni el infinito alcanza para contener todo esto que se me escapa y empieza a desparramarse por el suelo…

[...] por qué me encuentra la noche de un sábado, sin sueño, acurrucada en un rincón en el que no dejo de pensar en tus manos [...] ?

porque todavía tengo tu olor grabado y tus huellas digitales en las mías… porque no es tener ganas de besarte, y cerrar los ojos y soñar, es recordar y sentir tus labios en los míos.
porque no es mirarme al espejo y pensarte del otro lado, es volver a verme reflejada en tus pupilas. es todavía sentir tu calor... [...]

porque todo esto no es nostalgia de abrazos que nunca tuve, es extrañar tu cuerpo inquieto envolviendo el mío.

[...] y si yo estoy acá es porque existo, y si me falta un pedacito es porque vos existís y vivís y respirás y me tenés en tus bolsillos.

[...]
porque la noche del día que nos conocimos la luna sonreía (te acordás?) y hasta una estrella fugaz pasó para advertirme que había algo distinto.
[...]

porque todos los cuentos, poesías y canciones se volvieron a escribir cuando te abracé y porque los colectivos son mucho más fríos ahora y el olor a praliné de la peatonal se siente como esas cosquillitas que me hacías cerca de las orejas.
[...]

mi cuaderno respira complacido… yo no me conformo con tan pocono me alcanza escribirlo… porque no me alcanzan las palabras para decirlo, pero es tarde… y no son horas para que una niña ande despierta…

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alguna vez, hace un tiempo (nunca sé si decir mucho o poco, pero hace) te escribí esas palabras porque no podía creer que estuvieras conmigo,
hoy las palabras vuelven a mi a cada momento porque no puedo creer que ya no.

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