quiero morderte las uñas y despellejarte los labios para que no me pinchen tus caricias ni me raspe tu cercanía, pero ah!, es verdad, ya no va a ser necesario.
suponiendo que existe una razón para no desistir. con la certeza de que es así, porque así debería ser; sería todo mucho más fácil si alguien, por bondad o porque sí, le pusiera una flechita a este camino para saber por donde ir.